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Cartas a un gnomo – Margarita Mainé
En casa de Clarisa comenzaron a suceder cosas raras: como por arte de magia volvieron a ser cuatro integrantes.
Algunos días desaparecían objetos, aparecían otros cambiados de lugar y también se escuchaban ruidos extraños
durante la noche. Y por si esto fuera poco, Clari pudo comprobar que había huellas de un gnomo. ¿Qué cómo puede
ser? A veces es cuestión de creer… A veces, es cuestión de tiempo.