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Exodus – Deborah Feldman
Con solo veintitrés años, Deborah Feldman tomó a su hijo y sus pocas posesiones, y dejó atrás la comunidad jasídica
Satmar de Williamsburg (Nueva York) en la que había crecido, decidida a forjarse una vida mejor lejos de la opresión y
el aislamiento de su educación judía ultraortodoxa. A partir de esa experiencia escribió Unorthodox, su primer
memoir, que fue aclamado por la crítica y los lectores, y se adaptó a una exitosa serie de televisión. Una vez fuera de
esa burbuja, Deborah se encuentra sola en un mundo hostil en el que lucha por construir un futuro para su hijo. El
desarraigo, el vacío espiritual y la necesidad de labrarse una identidad la arrojan en busca de sus raíces, primero en
Estados Unidos y después en Europa, dispuesta a averiguar cómo vivió su abuela durante el Holocausto.
Exodus es una indagación profundamente conmovedora sobre la memoria y sobre cómo nuestros orígenes pueden
devolvernos el sentido de pertenencia y ayudarnos a descubrir quiénes somos. -
MARIHUANA Y OTRAS YERBAS (DB)
Trabajo de periodista hace doce años y cargo sobre mi espalda treinta y una vueltas al sol mirando hacia el río. No sé hacer otra cosa que preguntar, revolver papeles viejos, estornudar y escribir. En estos días soy colaborador del semanario Brecha, el lugar en el que he permanecido intermitentemente por más tiempo. Trabajé bastante para La Diaria, fui uno de los productores periodísticos del programa radial No Toquen Nada, de Océano FM, hice bastante menos para La República, 180.com.uy, Montevideo Portal y tantos otros que tuvieron que soportar mi histrionismo. Como la revista alemana Matices, la Agencia EFE de Berlín, la uruguaya Noteolvides, la argentina THC, la revista Seisgrados de El Observador o Contenidos TV, entre otros. A lo largo de mis años de periodista benjamín, escribí sobre la política de Uruguay y redacté artículos inspirados (o no) en Parlamentos, Gobiernos, salud, e investigué con lupa las violaciones a los derechos humanos, que marcaron a fuego heridas que todavía no cicatrizan y que también llevo purgando en mi cuerpo de tanto trabajarlas. Cuando fui a visitar a la escritora Alicia Castilla y a Mauricio Balitzki a la cárcel de Canelones, donde los alojaron por tener unas plantas de porro, aquellas llagas supuraron otra vez. Algo estaba (todavía está) mal en Uruguay, y me decidí a buscar los argumentos que encuadraron las prohibiciones de las drogas en la región y en el país donde nací, que siempre buscó la manera de condenar un consumo impune por sus leyes. El lector tiene en sus manos el resultado. Guillermo Garat
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ENEMIGO CONOCE EL SISTEMA, EL
Todo lo que no quieres pero necesitas saber sobre el poder, la economía, la sociedad y las telecomunicaciones en la era de la información.